domingo, 6 de enero de 2008

Zapatos

No puedo evitar concluir cosas de lo que veo y hay algo que quiero escribir que siempre he tenido claro desde hace mucho tiempo en mi cabeza. He llegado a la conclusión, después de mucha observación y exploración empírica, que puedes hacerte una muy buen idea del contexto de una persona cuando miras sus zapatos. Si, dime como son tus zapatos y te diré quien eres.

Aunque suene descabellado y poco serio, es mi pequeña y secreta costumbre observar los zapatos de los desconocidos cuando me siento en la última silla del autobús (porque no me logro acomodar en otro lugar). Después de tanto observar como yo, es evidente lo concluyente que puede resultar el experimento. Sólo los hombres mayores de 40 años utilizan zapatos de cuero con suela de madera. Cuando me encuentro con personas así, es evidente que se trata de un sujeto a quién le han enseñado el valor de los zapatos que hechos a mano por un talabartero tienen. Generalmente llevan pantalón de paño y un saco formal. Peinado corto y el típico semblante de un fuerte trabajador de empresa. Típico padre en sus casi 50 años que no pueden salir a la calle con ropa informal.
Hay que tener un ojo más clínico para juzgar el calzado deportivo. Cuando se trata de marcas importadas hay varios tipos: por un lado los que utilizan Nike air y se la pasan en sudadera y camiseta de algún equipo del extranjero, fanáticos del deporte, o simplemente personajes sin trascendencia y dinero para darse el lujo, o sujetos con zapatos más estilizados y ropa de marca que viven bien gracias al sudor de sus padres. El hombre común y el estudiante universitario poco popular utiliza zapatos de marca nacional. Cierto es que la marca puede decirte el estrato social, y la forma de peinarse confirma las sospechas, pero del cabello hablaré en otra ocasión. No hay que olvidar los tenis blancos de las enfermeras, y las zapatillas de cuero de las ancianas. Entre más brillo tienen los zapatos gracias al betún, más edad tienen los portadores. La pulcridad y la formalidad son características típicas de las generaciones más antiguas, y los zapatos no se escapan a esa situación.

Las mujeres son diferentes. Para combinar con el vestido de trabajo, las secretarias y trabajadoras de oficinas y bancos siempre tienen un uniforme de color que combina con sus zapatos de tacón. Las doctoras suelen llevar en cambio zapatos deportivos cómodos. Gente alternativa llevan diseños distintos, y las mujeres más jóvenes con algún sentido de diseño llevan zapatillas de valet. Yo utilizo Converse tooodo el tiempo, y supongo que es parte de mi identidad: Converse y mochila. También hay estilos especiales para Metaleros, Emos, y Raperos, y son las que hacen parte del estereotipo de cada corriente. Las mujeres que utilizan tenis casi siempre utilizan jeans, un buso y el cabello sin demasiada preparación, y las mujeres que utilizan botas de gamuza suelen saber arrastrar las miradas de los transeuntes. Zapatos de trabajo desvencijados caracterizan al obrero, apaches diáfanos al celador, bota brillante al militar.

Estas conclusiones son inevitables para alguien a quien le gusta explorar el interior de los comportamientos sociales y busca sin descanso una mente similar. Ahora que releo mi comentario me da algo de pena lo trivial y científico que suena todo el asunto, y tal vez la verdad sea que no tengo para donde mirar desde donde me siento en el autobús. Sea como sea debía escribirlo y esperar levantar alguna risa o ademán por descubrir el agua tibia. Comentario sin trascendencia, para variar.

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