lunes, 30 de junio de 2008

Sombra cambiada

Es muy extraño mirarme en el espejo y notar como el cabello corto cambia toda la apariencia. Ya no puedo jugar de la misma manera con él, y no tiene dinámica a la hora de moverse al ritmo de la música, sin contar con el hecho de que perdí la mal lograda apariencia de rockstar despreocupado de pelo enmarañado que me gusta pensar que tenía. Hay pocas cosas comparables con mover la cabeza mientras giro la cabeza, tocando batería, y sentir el cabello alrededor, bailando, haciendo parte del show, dando movimiento, expresión.
La apariencia es importante. Aunque muchos quieran sentirse bien consigo mismos y decir con todas sus fuerzas que no son superficiales y buscan la mal llamada belleza interior, la verdad es que todo entra por los ojos. 

"Son las personas superficiales las únicas que no juzgan por las apariencias. El misterio del mundo es lo visible, no lo invisible" Oscar Wilde
Esa frase me martilló el pensamiento por mucho tiempo, en un momento en que sentía cierta culpabilidad por descubrir mi propia vanidad, y un gusto por cierta ropa, y una evidente preferencia por las mujeres que muestran estilo en el vestir, y tal vez demasiadas miradas en el espejo. Ahora se con seguridad que todo se trata de una búsqueda por encontrar una apariencia que refleje la personalidad, y que no puedo evitar girar mis ojos hacia personas que me transmiten cierta afinidad a través de la apariencia. Esto es aun mas evidente por el hecho de que nunca he buscado estar al corriente de las últimas tendencias, cosa que me parece más bien estúpida, sino que he llegado a empezar, sin hacerlo después de todo, a pensar mis propios atuendos. Supongo que no tengo el talento, y todo se limita a ideas para estampar.
A pesar de todo, al empezar a conocer gente con el estilo que busco, me he dado cuenta de que la apariencia es todo lo interesante que tienen. En la mayoría de estas personas, la apariencia no ha sido algo natural, sino un esfuerzo por lucir como todos lucen, y resaltar, por el simple impulso de querer llamar la atención. Con todo esto, la conclusión lógica es que debería dejar de pensar tanto en eso, como debería dejar de pensar tantas otras cosas.
Es extraño no reconocer mi propia sombra.

jueves, 26 de junio de 2008

Zelig

Aprovechando el renovado frenesí por escribir, cumplo mi palabra sobre escribir acerca de una de mis películas favoritas de toda la historia (Citizen Kane... number one.. far). Woody Allen (maestro) decidió narrar esta historia de una forma atípica que nadie ha podido emular con el mismo acierto. Zelig es un falso documental sobre un hombre con la capacidad sobrenatural de transformarse en el tipo de personas que lo rodean. La primera persona que aparece en la película es Susan Sontag, y estoy aterrado por el hecho de que en el momento de que vi por primera vez la película no la reconocí, por lo que ahora no me queda más que emocionarme (recomiendo el ensayo Contra la Interpretación de Sontag).

Piensen en la persona que siempre quiere ingresar en las conversaciones, en la persona que siempre tiene que decir algo de todo, aunque no sepa nada del tema. Piensen en la persona que es capaz de hacer ciertas cosas que hacen los demás con el simple afán de integrarse a un grupo,  y hace que nadie lo quiera alrededor. Ahora, imaginen esta conducta potenciada 1000 veces, con la personalidad neurótica de todos los personajes que toma Woody Allen. El resultado es Zelig, realizado con cámaras de los principios del siglo XX para darle más autenticidad a un documental con el mismo encanto del Realismo Mágico que tan fácilmente es asimilado por las personas. Mostrar el principio no es suficiente para reconocer lo elaborado de la trama, y el verdadero humor irónico aparece en el clímax de la película, pero por mantener la tradición, aquí está el principio.



Corrector

Como una torre de Babel terminó mi trato con aquella mujer. Simplemente no me es posible mantener una conversación más con ella, y ella lo notó. Por dentro mi estómago se retorcía cuando volvía a preguntar "¿qué piensas?". Así que, en conjunto con el mundo de razones que un par de personas me hicieron reconocer, la cosa terminó antes de arrancar (afortunadamente), y regreso sin más a mi búsqueda de personas con las que, al menos, pueda tener una conversación civilizada. Gracias a ellas. Esto sirvió para darme cuenta (como ya sabía pero ignoré conscientemente) de mi propia superficialidad. Debo de resistir y dejar de actuar por la soledad, después de todo, me gusta caminar solo, pero tuve que pasar por alguien como ella para reconocer que mi verdadera necesidad no es simplemente compañía. 
Si, alguien dijo que todo era un dilema, en mi caso era entre esperar y tomar lo primero que apareció, pero bastó probar la segunda opción para darme cuenta de todo. 

Nota Mental: Tal vez debería comprar un perro para pasear... eso cubriría la falta de compañía al caminar.

lunes, 23 de junio de 2008

Observación

Nadie mira a nadie. Ya lo había dicho, pero esta vez lo observé en un bus de Transmilenio completamente lleno de personas. Hay un par de miradas, pero son miradas con deseos de sexo, aunque esas miradas también son poco apasionadas, y no generan nada. La gente no sabe mantener la mirada. Cuando descubro a alguien mirándome, miro a la persona a los ojos, y los desvía con rapidez. En algún párrafo recuerdo haber leído que la persona que podía mantener la mirada tenía el poder de determinar a los demás y tal vez es la razón por la que me obsesioné con el tema. Cuando una persona baja la mirada su ego queda a un nivel inferior que la de la persona que la mantuvo. Sólo con esa acción la conciencia queda a un nivel superior que los demás. Es difícil que me derroten en ese juego, y la mirada la puedo mantener por tiempos que se hacen eternos hasta que mi oponente cae con dolor, aunque claro, también he perdido.
Hoy estuve un trayecto larguísimo en el sistema, y me dio tiempo para pensar en las personas que se encontraban a mi alrededor. Debo decir que era el único que cambiaba el rumbo de su mirada. Creo que acierto al decir que la mayoría de las personas entran en un estado de coma con ojos abiertos al acomodarse de algún modo en el vagón. Es difícil creer que algo pase por sus mentes. Siempre me he preguntado si también se llenan de tribulaciones, de dilemas, de ideas, de locuras como lo hago yo, pero la verdad es que el común denominador es un rostro muerto y carente de señales de sinapsis nerviosa. A veces los envidio, como envidio a todos aquellos que aseguran que pueden poner su mente en blanco a través de meditaciones y mantras, porque siempre he creído que pensar demasiado es mi maldición. De nuevo, aparece aquí también el juego de las miradas, pero esta a un nivel completamente inferior al nivel de las personas buscando contacto en un bar. El silencio reina, las personas que vienen juntas hablan, pero el estado semivegetativo que se induce hace que sea lo mismo hablar frente a una pared. Supongo que con este criterio es fácil reconocer a un ladrón, y me doy cuenta de lo sencillo que debe ser robar en un estado tan carente de reacción. Hay un interruptor, tal vez visual, que devuelve a las personas a la vida faltando unos metros para llegar al destino. Me mira una chica, y esconde su mirada al descubrirla, juega con su cabello y es demasiado evidente. Un par de amigos le arrojan miradas a una chica de mi edad que al notarlo hace cara de pocos amigos. La proximidad de los olores me produce náuseas, pero es llevadero después de un tiempo en extrema cercanía corporal. Una mujer 10 años mayor que yo me mira, y agacha su mirada cuando la descubro. La gente mira hacia el pavimento, sin observar nada en particular. Se desvía la mirada al leer alguna valla publicitaria, y regresan al mismo punto fijo. Yo observo el cielo, la calle 23 (la calle de mi Mambo querido), miro un perro atravesando la calle, miro a los demás y me doy cuenta de que no tengo una cámara para la toma perfecta. Miro mis zapatos, y miro los zapatos de los demás. Trato de descifrar a la mujer de los converse de colores, es del tipo que me interesa, pero es de demasiado mal gusto aproximarse a a un desconocido en la calle, o al menos no es mi estilo. El atardecer en la sabana fue hermoso: las montañas donde se ocultó el sol estaban completamente nubladas de nubes anchas y regordetas, y el resto de la ciudad estaba con un cielo despejado sin nubes. El color de todo el cielo despejado dependió de lo que quisieron dejar pasar las nubes sobre las montañas, lo que resultó en un espectacular desvanecimiento de los colores rojos y morados hasta transformarse en la noche capitalina. Salud por la Luna llena de anoche.

Null

Empiezo sin título como pocas veces, porque no tengo la más remota idea de como llamar a este nuevo capítulo. Quiero creer que todo ha sido un problema del sedentarismo que trae la falta de rutina de la cual me quejo tanto, pero por otro lado está la obsesión que siempre reprimo de tener a alguien cerca.
Siempre he creído que soy de aquellos que pueden descifrar a una persona rápidamente. No sé si sea una actitud petulante, pero tampoco es algo que diga en voz alta, así que nadie puede juzgarme. Simplemente observo una persona y puedo predecir ciertas conductas y la forma correcta de abordarla. Esto es cierto, en especial cuando me dirijo a un desconocido. Mis amigos suelen decirme que tengo "el don de la palabra¨, y aunque la palabra "retórica" siempre me pareció algo pretenciosa, creo que es acertado decir que puedo acercarme adecuadamente a las personas y transmitir bien lo que sea que quiera transmitir, e incluso llegar al punto de manipular (sin abordar los dilemas morales de la palabra) con mi forma de expresarme.
En estos momentos, cuando me preguntan sobre lo que hago, contesto de la forma divertida de siempre: "Hmm.. veo fútbol.. hmm... compro la leche.. hmm... saco la basura... hmm... a veces cuando compro la leche le doy una vuelta al parque...", y la verdad es que simplemente pierdo neuronas y tiempo acostado todo el día en mi cama (aunque escuchar música no es perder el tiempo). Leo cosas, es cierto, pero son cosas que leo yo y nadie más lee, porque en el entorno en el que vivo nadie lee, así que para ellos es mejor no decirlo, y son simples experiencias que me llenan, aunque para ellos simplemente no hago nada. Entonces llegó ella, quién es, para no extenderme, todo lo que NO busco en una mujer. Hace mucho tiempo que decidí que soy demasiado maduro para mi edad, y que de mujeres de mi edad no debo esperar más que los pensamientos insulsos de una pequeña, y las tonterías que anestesian el razonamiento de las personas gracias al conocimiento colectivo y vacío que se inyecta en los medios de comunicación. Sin embargo, soy sociable, solitario pero sociable, y hablé con ella, tal vez porque no había nadie más con quien hablar.
Fue rápido, demasiado rápido: con su mente superficial, sentido del humor predecible, falta de iniciativa, y repetición en el habla, logré que se interesara en mí sin condiciones. No creo que sea una mujer fácil, porque no es parte de ningún estereotipo, y quiero creer que fue mi presión en los momentos adecuados lo que hizo que mostrara tan poca resistencia a mi trato.
Con ella no hablo de nada, absolutamente nada. Es, tal vez, una de las personas con las que he tenido las conversaciones más vacías y largas de mi historia, y su gusto por la música que más odio me hace sentir sucio, pero la falta de razones para detener cualquier posible razón para salir de mi casa hizo que me mantuviera atento. Pasan mil cosas por mi cabeza al caminar con ella, la falta de criterio me aterra, y empiezo a preguntarme que cosas en nuestras vidas hicieron que ella sea así y yo sea un monstruo que no puede callar su mente con posibilidades, observaciones y elecciones. Ella es un homenaje a la falta de curiosidad, a la falta de abstracción, a la falta de búsqueda de sentido, y pertenece a esa parte de mi país que vive gracias a la radio comercial y la farándula.
A pesar de todo esto, seguí tratando con ella. A pesar de todo, me hizo recordar lo necesarias que son las mujeres en la vida de un hombre. Ya la Sole me regañó como era debido, enhorabuena... "Se está enamorando de tí, no la culpo"... "tienes que terminarlo antes de que le hagas daño". Son las mismas cosas que dice mi conciencia pero no me he detenido. Sin escrúpulos encontré la aventura de verano que buscaba, y sin escrúpulos quiero alargarlo hasta que regrese a estudiar.
El romanticismo no me llevó a ningún lado. Tanto esperar a esa persona que tenga el carácter, la iniciativa, y la profundidad de pensamiento que busco me ha llevado a creer que no existe. Me he cruzado demasiadas veces con mujeres parecidas a ella, que no tienen la más remota idea de lo que es el arte, o el verdadero sentido de escuchar música, y sólo piensan en lo que sucede en sus narices. En fin, soy hábil para conocer gente así, y son la mayoría, por lo que esta vez, con la excusa de poder tener una razón para salir de casa, decidí seguir con el experimento, aunque me da una vergüenza existencial que puede que nunca desaparezca. Espero salir cuerdo de esta.

La Sole

Anoche Sole me llamó. Fue una sensación extraña sentir su voz en el celular, es un objeto demasiado cotidiano para la esfera en la que tengo a Sole. Una llamada a dos océanos de distancia y sin demora, amo la tecnología para estas cosas. Nunca he escrito de la Sole, supongo que siempre la tuve ahí para que me pegara el regaño, y desde que se fue a España la diferencia de horarios a hecho que la extrañe demasiado. Apareció en el momento justo, cuando me sentía orgulloso de la forma como componía canciones y exploraba encantado mi inspiración, en una época en la que me podía dar el lujo de tener tiempo para mí. No creo en el destino, ni en determinismos, pero creo que es justo decir que el universo se contrajo para que nos encontráramos. De nuevo, la tecnología jugó su papel, y ella estaba armando con alambres algo para su carrera de arquitectura. La música nos unió, luego las letras y Cortázar nos hizo mejores amigos, ella en Concepción, Chile, y yo acá bajo la lluvia bogotana. Fue refrescante encontrarse con alguien como ella, alguien con suficiente determinación y carácter como para mandar todo al demonio y dedicarse a la música; con convicciones firmes, y sin titubear como suelo hacerlo. Sin drama, sin paranoia, con un ego imposible de doblegar y una fuerza de carácter sin comparación (y tal vez demasiado Sartre). Hablábamos de blues, hablábamos de filosofía, hablábamos de Rayuela, luego hablábamos de cualquier cosa como si nos conociéramos desde siempre. Por eso mismo no estoy seguro del tiempo que la conozco, podría decir que toda la vida y lo diría con seguridad.
Ahora, en una sociedad donde siempre sentí que era el único cuerdo que se detenía a pensar y a observar, Sole fue un faro para llevar mis dilemas por el buen camino. Se transformó en la conciencia de mi conciencia, y en la única que me conocía lo suficiente como para destruir mis preguntas estúpidas y dramas idiotas. La Sole es la única que me regaña, así que anoche, después de tal vez un mes sin cruzarnos, le conté mis andanzas, porque necesitaba el regaño, porque nadie más es capaz de darme la cachetada que necesito para mantener la integridad del pensamiento. Ella suele decirme que nuestra especie no está en vía de extinción, pero el hecho de que tuvo que viajar hasta España para encontrarse con su hombre no me parece más que una confirmación de la idea. La bohemia, los filósofos, los pensadores y músicos no son producidos en masa. Igual.. fue bueno sentir otra vez su regaño.

viernes, 20 de junio de 2008

PIxies

Esta banda la descubrí demasiado tarde en mi vida, pero creo que el sonido que siempre los caracterizó es la definición misma del sonido independiente que ahora tantas bandas utilizan como propias. Un sonido crudo, de garaje, los verdaderos predecesores del grunge, y con un sentido en sus letras demasiado particular, influenciado por el punk que se evidencia en la manera de cantar de Black Francis. Sin más... una esquina para Pixies.

Here Comes Your Man


Monkey Gone To Heaven


Gouge Away


Where Is My Mind

Psycho

Fue una época buena aquella en la que Universal Channel se llamaba USA y tenían Sábados de Sci-Fi. Una época donde la estética de las películas a blanco y negro se me tatuaron en la mente, como casi todos los capítulos de Twilight Zone.

En esas andanzas me encontré con el maestro Alfred Hitchcock, y esta película a la que le he rendido culto por siempre: Psycho. Hay que reconocer que una de las cosas en las que acierta es el uso de la música, y en el inicio de la película se reconoce con facilidad la tónica del largometraje.




Era 1960, y no fueron necesarios altos presupuestos ni efectos especiales avanzados para lograr una de las escenas más recordadas de la historia del cine. El maestro del suspenso Hitchcock en su máxima expresión.



lunes, 16 de junio de 2008

Ella - La Bailarina

Apareció una clase de un sábado cualquiera. Desde el segundo semestre (ahora estoy en octavo) me he acostumbrado a la clase de los sábados, aunque también me acostumbré a llegar tarde. Hasta ese momento siempre habíamos sido los mismos, y la clase se desarrollaba sin sobresaltos, entre la misma gente aburrida y yo, donde desarrolle la fama de chico malo y fiestero simplemente por llegar tarde. Ella estaba ahí, al otro lado del salón, al lado de las persianas. No tenía nada particular que hiciera voltear la mirada de los hombres, pero no pude evitar sentir algo que me estremeció, un magnetismo singular, un perfume que sólo yo podía oler. La única vez que cruzamos las miradas ella me correspondió con una sonrisa y fue suficiente para cautivarme.
La clase solía tener un pequeño receso, donde salgo con dos de mis compañeros a tomar unas galletas y una malta, y seguí el pequeño protocolo para no parecer desencajado. Ellos hablaban de video juegos y mundos mágicos de los que no tenía la más remota idea aunque escuchaba y lucía interesado. Cuando regresamos la escena me dejó paralizado: estaba esperando sola leyendo un libro. Si, tal vez suene alto trivial, pero se trataba de una tabla larga que está sobre las paredes del aula, y ella tenía sus piernas recogidas cerca de su pecho, y el libro sobre sus rodillas y una mirada apasionada sobre las páginas. Me distraje, perdí la serenidad que me caracteriza por un instante y el tiempo pasó despacio. Eso sucedió hace tal vez más de un año, pero lo recuerdo demasiado bien, y me sorprende que recuerde también los detalles. Ella llevaba un pantalón café o verde oscuro, y un saco verde de lana, recuerdo también que llevaba unos mocasines oscuros, nada demasiado casual, nada demasiado pretencioso. Terminó la clase, no supe su nombre, debe ser unos dos años mayor que yo.
Toda esa semana elaboré un plan para intentar reconocer en ella la sensibilidad artística que hasta ahora nunca pude encontrar en nadie a mi alrededor. Fue la época en que estaba leyendo Rayuela de Julio Cortázar. El plan funcionó demasiado bien: llegué tarde como siempre a clase y tuve la oportunidad de sentarme a lado de ella. La sonrisa me cautivó cuando la saludé con lo ojos. Tiene una cara dulce, armónica, redonda, con mejillas generosas y unos ojos grandes y  completamente negros. Eran en verdad completamente negros, un negro brillante pero profundo, comparable tal vez con el resplandor de un cristal en medio de la noche pulido. El brillo era peculiar, era sobrenatural, eran unos ojos pintados, unos ojos sin pupila, o al menos perdida en la oscuridad del iris. Mantuve mi cordura, y mientras hacía como si estuviera buscando mis notas, saqué el libro de Cortázar, esperando cualquier reacción. Estoy seguro que se dio cuenta, estoy seguro de que pudo leer el título sin dificultad, estoy seguro de que logré que ella se diera cuenta de que tenía algo de sensibilidad. Hablamos de los temas de la clase, trabajamos un par de copias juntos, nunca escuché su nombre.
Pasaron muchas clases, pero ella aparecía esporádicamente. Las veces que aparecía, me saludaba con una sonrisa. Sólo una vez, este semestre, cuando las clases se pasaron a los viernes en la noche (so long night life), pude hablar con ella. Algún recuerdo vago en mi cabeza registra que me dijo su nombre, pero no lo recuerdo. Simplemente estaba cautivado por esos ojos y esa sonrisa, y no puedo recordar nada. Cuando intenté centrarme y racionalizar realmente la situación es cuando puedo recordar algo del momento, y estoy seguro de que hace alguna doble carrera de cosas completamente distintas. Pero no recuerdo nada de lo que hablamos, nada de lo que hicimos, algún apunte sobre Supermán, alguna frase de un ladrón, cosas que no recuerdo.... estaba perdido en el poder de sus ojos, en el perfume, en el magnetismo de su sonrisa. La última clase fue frontal, fue impresionantemente suspicaz. Estábamos en extremos opuestos del salón con más de diez personas, y no entendíamos nada de lo que hablábamos. Cada vez que decían algo extraño, nos mirábamos a través de la gente y hablábamos con la mirada. Fue especial, fue una conversación completa con los ojos, ella decía "¿Entiendes algo de lo que dicen?" y yo le respondía "no tengo la más remota idea". Nuestros labios no tuvieron que hacer nada, nuestras miradas lo decían todo. Yo decía "estoy perdido y mareado".. ella respondía "no me pidas ayuda a mí". Esas pequeñas frases oculares continuaron por toda la clase. De repente llego ella- la anhelante (otra historia), y mi atención se disipó, y aunque ella no lo notó, sentí una aprehensión de ella hacia ella- la anhelante, y mi mente se preguntó si también ella podía leer mi pensamiento. La clase terminó, y nuestras miradas cesaron. Era la última clase, y con sus visitas esporádicas, tal vez podía ser la última vez que nuestros ojos se encontrarían. Nuestro sensei dijo que tomaríamos clases los sábados en vacaciones, y ella dijo que no podría asistir y dio sus razones. La esperé, quería poder sellar nuestra conversación oralmente, pero salió con velocidad. En el último momento se detuvo y habló con un compañero y yo estaba a su lado, me miró con sus ojos negros y brillantes por última vez. No recuerdo su nombre. "Espero que asistan, es en la Libélula Dorada"... Es bailarina de Ballet.

Mind Readers - Her Story (Finally)

So, I'm trying to get this scholarship for Japan for which I have to take this english test, and, since I've been thinking in making another english post for a while, I guess this is the perfect time.
I've always been able to think in english. I really don't know if that's another weird thing of mine or if it's something usual. But my mind usually goes in SAP mode and drives around. Perhaps its some sort of protection against south american mind readers. I've always had that kind of thoughts where I realize..."she must be able to read mind"... "try to read me know bitch". Now the thing's become even more complex since I've been learning japanese for over three years now (time passes really fast, I've thought a great deal on that lately), and some japanese words come faster in my mind than others. So, if there's anyone that actually has the ability to read minds, mine's gotta be the freakiest one. Actually, this gives space to render about the way thoughts come alive. Some expressions aren't available in some languages. There's not a single way to say "you" in spanish nor japanese. In most places, that kind of particles depend of the knowledge of the situation and the kind of relation between the people in a conversation, and there's definitely some curses that work better for certain moments.

These days had been different in all the senses. Not having to study, is not having a reason for leave home, and not having a reason to watch friends faces. I'm always thinking in writing, and there are so many things to write about, but then I turn on the TV, check facebook or play any video game around. So, this break had become quite banal. For some reason, facebook has become this necessity where I just try to find someone who does not exist, or just try to figure out someone else's life in the groups he's in, or in the photos, or in the way the profile is made. Its kind of pathetic looking at it objectively, and I remain hours and hours making random clicks at random people trying to belong someplace (I guess). So, sometimes, my mind is trying to fight that dullness. I think in my friends, think in my life, think in the time that passes. Sometimes I just feel the loneliness of my soul and cry at the sky for someone. I reaaaally need a girlfriend. Last time, she was really quite the opposite of what I am. This mature mind of mine, has never shown up in front of my university friends, perhaps because I'm scared of being outcasted as I once was, and having such a normal girl with me was part of that shield I was making. "She's tall... I'm tall", that's all I used as a motive for hitting on her. I was just trying to find out if I ever had any ability to seduce. My method worked amazingly fast, and she was on my arms in little time. A couple of months later, when she said "I love you", and I didn't had the guts to call my experiment off, and things drove out of control.  We where together for 8 months, a really long distance if one take in account the fact that I really had no feelings for her. I did this for a couple of reasons that just today South of The Border, West of The Sun, wrote by Murakami Haruki, helped me figure out. I just enjoyed holding her hand, giving a hug, feel her body next to me. It was pretty stupid to watch ourselves talk, because we talked about nothing. There wasn't really anything to talk about with her. Books? She never reads, Music? She's the opposite of me in music taste, Art? She has no idea of it, Politics? None, she's just the kind of girl who centers too much on her studies. She's in this little bubble she insist to maintain, where other things are just unspeakable. So, for me it was quite obvious things where going nowhere, but time passed and I never stopped it. Nevertheless, I'm pretty amazed by the fact that she never realized that I wasn't opening my heart for her. 
The day we broke up, was simpler than I had planned. In a class break, I took her aside, told her we need to talk. She broke in tears when I told her something I can't remember well about she being too square minded (I tried to use my words to make her the reason for the end), tried to keep herself together and returned to the class. Next we went to the place we used to eat. Its a crappy expensive place I always hated. I ordered the same crap I used to eat but she didn't. We sit, she listens, I said its over. She burst in tears and drown herself in her arms. I ate. I ate as peaceful as ever. She was next to me, crying, heartbroken, and I'm eating without rush. I was thinking in the fact that I didn't feel anything. She was crying and I offer her a peace of my meal. She was crying and I'm there, kind of happy. She took a little furry teddy bear I gave her and give it bak to me .. 'is not use now"... I took it. I was thinking as clearly as ever. It was a calculated heartbreak. Since I didn't want to hurt her too deep, I made a little drama, where I told her I once loved her, and I made my eyes wet when I left the place in the middle of a rain.
I got depressed. Not but the fact that It ended, but by the fact that I didn't feel a thing when I broke her heart. Depression because lack of feelings its quite unique, different, full with mind burner complexities that drives you mad. But, I got over it pretty fast, a couple of days perhaps.
Its easier to fix your mind than to fix your heart. She's never got over it. Even now, a year later, we don't speak to each other, not by that experience but by the fact that we had to work together for six months after it, but thats another story.
I guess mind readers must be from overseas to get anything for me.

miércoles, 4 de junio de 2008

Repeticiones

Es una sonrisa. Es esa sensación de que cuando me saluda quiere acercarse un poco más. Es esa idea mía de que tal vez ella disfruta mi compañía. Fue ese momento casual del que hablamos de demasiadas cosas sin importancia. Es difícil leer sus sensaciones, y es difícil también saber si su comportamiento es exclusivo conmigo. De repente son repeticiones de la misma inquietud que había olvidado hace ya demasiado tiempo.
Aún recuerdo ese momento, varios años atrás, cuando la idea de que algo pudiera nacer entre nosotros todavía cruzaba mi mente. El cumpleaños de la amiga común trajo consigo el alcohol. En un momento, de poca sobriedad, no dude demasiado en realizar un gesto de ternura que la amiga reconoció de inmediato. La homenajeada gritó al cielo por el miedo a quedarse sola y ella no entendió o no quiso entender, o tal vez el alcohol hizo que sólo yo lo recuerde. Se me paró el corazón, se agitó, en el momento en que existía la posibilidad de que esos sentimientos escondidos fueran revelados. La cosa no trascendió, las sensaciones se perdieron, disfruté la amistad como pocas veces, después de todo era normal preguntarse cosas. Nos alejamos un tiempo, y yo me involucré con aquel adefesio por otro tanto.
El tiempo ha pasado y el contexto es nuevo. Somos distintos, al menos yo, y siento la determinación de mi pensamiento, y una clara forma de pensar. Ella sigue igual, son los mismos gestos, la misma de siempre, incluso ahora más sometida al sistema. Pero en un momento, sin razón aparente, sólo volviendo a tener contacto con ella, recordé. Ahora me sorprendí un día esperando su llamada, esperando que tal vez ella quisiera tenerme a su lado. Divagaciones inútiles. La realidad es que somos los amigos de siempre, y eso continuará igual en el futuro. La soledad es la que me hace encontrar romance donde no existe, buscar compañía donde no hay lugar. Repeticiones de la imaginación. Ahora mismo la persona con la que pienso es otra, y en el segundo siguiente cambia. Son sólo imaginarios, modelos en mi cabeza, siluetas sin nombre. No era la mejor noche para escribir, pero supongo que vale la pena mejorar a través de las repeticioens.

martes, 3 de junio de 2008

Se busca Amor de Verano

Y si, después de escribir la última entrada y reconocerme en las mismas condiciones de siempre, he decidido que quiero tener a alguien a mi lado. Esta vez debe ser alguien que sepa reconocerme por lo que pienso y no lo que hago, por lo que soy y no por lo que tengo que aparentar. Una persona que sea capaz de penetrar mi mirada y descubrirme tal como soy, alguien que me diga que todo va a estar bien a pesar de que ya es un desastre. Alguien que me diga que tanto esfuerzo vale la pena, y que de nada sirve sollozar en silencio. Sólo pido una sonrisa, y una mirada cálida que me haga besarla y olvidarme de todo a mi alrededor. Romántico como siempre, aunque esta vez más maduro, más templado a punta de injusticia y ausencia de tranquilidad. Un amor de verano que me haga olvidar el pasado, y vivir el presente. Nadie lee esto, así que aunque estoy seguro de que nunca va a pasar porque fue leído aquí, debo escribir, que para más información se debe preguntar aquí :).


La Noticia

Para entender mis reacciones es complicado describir el contexto. Desde el momento en que empecé mi bachillerato el milenio anterior, nunca había perdido una sola materia hasta el día de hoy. Sin embargo, mi actitud relajada hizo que no me deprimiera por haber perdido. La rabia vino después, cuándo me doy cuenta de que tal vez era la persona en todo el salón que mejor conocía el tema. El tipo al que le preguntaban, la persona que resolvía inquietudes. Perdí por inocente, por confiado, por ingenuo, y no hubo forma de darle reversa.

Salí sólo, después de la noticia, para intentar asimilar la situación. En el camino me encontré con un amigo que lleva un par de años de atraso y perdió de nuevo todo. Estaba fatal, yo no tenía derecho a sentirme mal. Sin embargo, a diferencia de él, yo no puedo darme el lujo de esperar varios semestres más para graduarme, porque simplemente es imposible económicamente. El segundo tiempo del partido de la selección con Francia empezaba en unos minutos, así que entré en el lugar que más odio, donde ponen la música que más odio, y me tomé una cerveza mientras miraba el juego. Esta vez, (y tenía que ser esta vez que no tenía ganas de nada y no otra) una grupo de mujeres se sentó al lado mío, y era evidente que no estaban allí por el fútbol. Sin embargo, en el letargo del sinsabor que tenía, sólo tuve ojos para la pelota de fútbol y la cerveza que me entraba sin demasiada facilidad.
Salí de allá, algo mareado, sin una pizca de ganas de luchar, sin una gota de optimismo, y con ganas de ir a ningún lugar y quedarme olvidado en el limbo. Dentro de toda la maraña de pensamientos negros, alcé mi mano y tomé un bus hacia el centro testigo de mis pesares.
Esta vez tampoco me defraudó. Llevaba el portátil en mi mochila, y la reserva que esto me trajo me hizo al menos concentrarme un poco. Paré en la 23, dónde siempre paro, con la firme intención de ir a la Cinemateca Distrital. La función ya había iniciado, así que caminé un rato más y entré a una tienda de discos. No encontré nada fascinante, así que fue fácil elegir la opción de siempre y entrar al Museo de Arte Moderno. La exposición era sobre Rodin. El mismísimo Pensador en persona apareció frente a mí. La obra fue impresionante. El completo dominio de la anatomía humana es impresionante. Auguste Rodin junto con varios artistas me quitaron hicieron olvidar las guerras perdidas a punta de escultura dinámica. La obra de Rodian es fuerte. Sus siluetas no tienen texturas lisas perfectas del renacimiento sino que cuentan con una fluidez oscura que en la forma del cobre recuerda espacios macabros. Cuerpos dinámicos, músculos tensos en movimientos, y figuras andróginas que asombran al observador. La puerta del infierno es una obra de arte, sólo imaginarme todas estas esculturas en un sólo tótem monumental fue el único ingrediente necesario para regresarme el alma. Camine y me esmeré como pocos en intentar dilucidar la complejidad de cada escultura. Desde su concepción y la complicada interconexión muscular que bajo ciertas tensiones permiten ciertas poses que son modeladas a mano, hasta el complejo proceso de vaciado en cobre para lograr telas con movimiento. 
Siempre he sido sensible al arte, y era evidente que necesitaba algo como eso para seguir caminando. Una exposición sobre la estética de lo macabro, sobre el amor y los cuerpos, sobre los rostros y sobre la naturaleza dinámica humana. En el último piso estaba una pareja, y esa mujer me hizo recordar mi propia soledad. Nunca he encontrado alguien con quien compartir esta sensibilidad secreta, y darme cuenta de que ese tipo de mujeres existe me partió la existencia, y simplemente sollocé para dentro un aullido de injusticia. 
Al salir del museo no pude sino esbozar una sonrisa, y mi confianza me regresó de repente. Al subir en un transporte sentí de nuevo un par de miradas y mi ego creció. Al llegar a casa, no pude sino entrar en un estado de aceptación y rabia, pero esta vez conciliada y racionalizada.

La sonrisa del museo no es más que una forma de recordar que mi alma no esta gobernada por los cálculos abstractos que puede realizar una calculadora. Ese momento en el centro es lo que me hace distinto de todos mis compañeros. Ese éxtasis que me produce ver una figura de un torso en bronce es lo que después de todo me salvará de ser igual a ellos. Hoy pude volver a decir ellos, y yo soy un bicho raro entre ellos. La noticia resultó entonces ser un catalizador para retornar a mis bases sensoriales, y volver al centro de mi corazón, y al centro de mi alma.
Faltó algo, eso sí lo sentí. Quería tener alguien para poder derrumbarme, alguien para poder desnudar mi alma y mostrar la fuente de mis empresas. No tengo ese alguien. Y creo que por esa misma razón he empezado a buscar un alma compañera en lugares donde jamás pensé buscarlos. En fin, un día lleno de emociones que valía la pena ser narrado.