miércoles, 4 de junio de 2008

Repeticiones

Es una sonrisa. Es esa sensación de que cuando me saluda quiere acercarse un poco más. Es esa idea mía de que tal vez ella disfruta mi compañía. Fue ese momento casual del que hablamos de demasiadas cosas sin importancia. Es difícil leer sus sensaciones, y es difícil también saber si su comportamiento es exclusivo conmigo. De repente son repeticiones de la misma inquietud que había olvidado hace ya demasiado tiempo.
Aún recuerdo ese momento, varios años atrás, cuando la idea de que algo pudiera nacer entre nosotros todavía cruzaba mi mente. El cumpleaños de la amiga común trajo consigo el alcohol. En un momento, de poca sobriedad, no dude demasiado en realizar un gesto de ternura que la amiga reconoció de inmediato. La homenajeada gritó al cielo por el miedo a quedarse sola y ella no entendió o no quiso entender, o tal vez el alcohol hizo que sólo yo lo recuerde. Se me paró el corazón, se agitó, en el momento en que existía la posibilidad de que esos sentimientos escondidos fueran revelados. La cosa no trascendió, las sensaciones se perdieron, disfruté la amistad como pocas veces, después de todo era normal preguntarse cosas. Nos alejamos un tiempo, y yo me involucré con aquel adefesio por otro tanto.
El tiempo ha pasado y el contexto es nuevo. Somos distintos, al menos yo, y siento la determinación de mi pensamiento, y una clara forma de pensar. Ella sigue igual, son los mismos gestos, la misma de siempre, incluso ahora más sometida al sistema. Pero en un momento, sin razón aparente, sólo volviendo a tener contacto con ella, recordé. Ahora me sorprendí un día esperando su llamada, esperando que tal vez ella quisiera tenerme a su lado. Divagaciones inútiles. La realidad es que somos los amigos de siempre, y eso continuará igual en el futuro. La soledad es la que me hace encontrar romance donde no existe, buscar compañía donde no hay lugar. Repeticiones de la imaginación. Ahora mismo la persona con la que pienso es otra, y en el segundo siguiente cambia. Son sólo imaginarios, modelos en mi cabeza, siluetas sin nombre. No era la mejor noche para escribir, pero supongo que vale la pena mejorar a través de las repeticioens.

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