jueves, 16 de agosto de 2007

Hoy no

Estaba allí la primera vez. Era una tarde de jueves que se volvería en rito: ir sin falta al cine foro de la biblioteca. Estaba emocionado, pues pensaba que iba a conocer un nuevo mundo donde todas las personas han visto Ciudadano Kane, e íbamos a saludarnos con el "Here's for looking at you kid" de Casablanca. No era nada así, era más simple, un espacio para ver arte e intercambiar ideas. Gente de todas las edades, gente conocedora, gente sin iniciarse, gente por casualidad en el lugar y me sentía en el lugar correcto. Esto era para mí y sabía que pertenecía a este nuevo universo de luces, cámaras, escenas. Pocas veces he sentido que pertenezco a un lugar, pero estos diálogos y películas era lo más cercano a mi pequeño y reducido mundo privado.
Busque un lugar en el teatro y miré a mi alrededor. Tanto cine me ha dado la tonta idea de que el amor puede estar a la vuelta de la esquina, así que miré alrededor. Definitivamente, no era el mejor lugar para conocer mujeres. Sin embargo, allí estaba, en las líneas de atrás. Cabello rubio alborotado y rostro claro. Algo baja para mí pero no importa, estaba allí y mi mente dio vueltas sobre la idea de conversar por horas sobre cine y libros. Sobre Rayuela, Cortázar, Borges y Akira Kurosawa. Rashomon es algo que tienes que pensar de cerca, Autopista es ese cuento de la historia de la humanidad, Welles era un adelantado para su tiempo, todo tomando un café y fumando un cigarro. Alguien con quien hablar y despacharte de ideas, todo ese anhelo lo puse en esos pelos color fuego atrás de mí.
La película empezó, y me sentí conmovido al verme camuflado con el teatro y dentro la historia. No era una obra de arte, pero era una expresión independiente de la realidad cruda y la violencia en latinoamérica. Al terminar la película esperé el foro, y ella se quedó en la charla. Al final procuré demorarme, haciendo lo posible para seguirla sin apuros. Salió del recinto y yo con ella. Cruzó hacia la derecha y yo a la izquierda.
El jueves siguiente volvió. El siguiente también. Hoy no la encontré y me hago preguntas sobre si algún día volverá y si podremos hablar de cine y libros. Al menos mi mente necesita de ese ente para conversar, alguien que razone por sí mismo y no se deje desperdiciar en cosas banales. Soy el distinto, pero razonar hace bien. Una chica me observó durante toda la conversación final. Se sentía incómodo, sentirse observado es un distractor para tener en cuenta y me pregunto si ella sintió lo mismo y si decidió cambiar por esto.

Cosas de solitarios. Cuando tus razonamientos de aislan del mundo, pones todo tu romance en unas pocas figuras, y casi nunca son palpables, porque son un ideal en tu mente.

Tendré que hablarle a la pelinegra.

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