miércoles, 23 de enero de 2008
Rituales
viernes, 18 de enero de 2008
El día después
No estoy completamente borracho, pero cierto es que mis habilidades motrices están bastante débiles. Con sorpresa me doy cuenta de que la habilidad de digitación de mis manos no se ha perdido, seguramente son ellas mismas las que recuerdan las posiciones de las teclas sin necesidad de pedir consentimiento a mi deslucido cerebro con sinapsis lenta. De todas formas el primer impulso al llegar a casa fue escribir en este estado endeble para recordar con algún nivel de detalle los sucesos que han sucedido hoy.
Ayer fue mi cumpleaños, así que hoy viernes mis amigos han decidido emborracharme en honor a mi nacimiento. La verdad no me molesta, pero cierto es que lo han intentado comprándome una cerveza alemana especial y negra que me gustó bastante. No sé si debería resumir esta noche en pocas palabras, pero si borracho quiero escribir es porque seguramente en lo más sincero de mi corazón la escritura es una necesidad. La noche empezó tibia, frío fue el clima, y esperé en el lugar de encuentro de la mayoría de los habitantes de la ciudad nocturna de mi generación. Se trata de un centro comercial, cerca de la zona de la rumba más exclusiva, donde todos los jóvenes de todas las filosofías se reunen. Es la central del punk bogotano de alto presupuesto, y también es el lugar de encuentro de muchas personas que buscan un estilo de noche más alternativo. Se encuentra cerca de un lugar al que llaman la zona T, donde los personajes con mucho dinero se dedican a adorar a Baco. La verdad es que debido a estos últimos días de trabajo contaba con algún efectivo, así que cuando surgió la idea de ir por la zona no lo dudé demasiado.
Fue bastante impresionante darse cuenta de que la mayoría de los lugares que frecuento se encontraban atiborrados de gente, y mientras tomaba mi cerveza negra, caminamos sin rumbo definido para encontrar un lugar para pasar la noche. Después de esperar unos turnos en un lugar especial, terminamos tomando más cerveza. Recuerdo que sonó música de The Police y de Weezer, con lo cuál me sentía bastante bien. Después de otro trayecto en busca de un lugar con más ambiente, terminamos en un lugar bastante underground con un ambiente propicio para sujetos con el rock en las venas como los que estábamos reunidos. Sin embargo, el valor de las bebidas nos hizo salir despavoridos por la puerta principal. El detalle único consistía en que todo el techo estaba cubierto de espejos, por lo que en el fondo se podría recordar otro tipo de lugar con poca reputación.
Terminamos en uno de mis lugares favoritos y también de los de mayor costo. Allí, tal vez con el valor que unas cuantas cervezas en mi cabeza me brindan, he invitado a un grupo de niñas que tomaban solas para que nos acompañaran a tomar un trago. Ahora que lo pienso, la velada hubiese terminado bastante aburrida si no hubiera tomado la iniciativa en ese momento, pero fue tan espontáneo que no sé si fue el final que necesitaba la noche. En fin, he conocido a una persona de la cuál sinceramente no recuerdo el nombre. Si... era Diana, ahora lo recuerdo, y no era la mujer con mejor figura del lugar. Sin embargo era bastante alternativa.
Hablando con ella me enteré de su vida algo rebelde y de los nueve piercings que llegó a poseer, además del tatuaje que no llegué a observar. Le gustan las lagartijas y el fútbol, cosas que le fascinan a cualquier hombre con masculinidad. Hablamos de cosas sin trascendencia, pero también hablamos del hecho de que sus planes originales eran de estudiar cine en lugar de derecho, y de que mi plan es estudiar música después de terminar la carrera. En fin, sería una candidata ideal para un sujeto alternativo como yo, pero por alguna razón, al terminar de hablar con ellas y encontrarme sólo con mis amigos empecé a maldecir mi suerte por la poca belleza de la mujer que había platicado conmigo por la media hora que logramos compartir. No sé si los tragos que traigo encima son los que generaron el repudio por esa persona de corazón rebelde similar al mío, pero la verdad es que en medio de mis amistades empecé a burlarme de las ilusiones que pudiesen conseguir de un escenario como el que se presentó. Ella me pidió el teléfono con la promesa de llamarme para continuar la conversación, y una parte de mí dudó al entregarle la llave de acceso a mi voz. Soy superficial y eso me mortifica en un espacio libre como este diario de ilusiones vacías, y el anhelo que llevo por dentro parece ser contradictorio con una mentalidad materialista como la que mostré esta noche. Tal vez no llame, y en siempre me preguntaré por lo que pudo haber sido y no fue, y por lo que dejé ir por presión social sin sentido. No he escrito detalles que no vaya a recordar mañana, pero igualmente, amanecerá y veremos.
jueves, 17 de enero de 2008
Incoherencias varias
miércoles, 16 de enero de 2008
Gris
Los cambios son de comportamiento, de frases, de características que sólo la edad trae a sus espaldas. Ahora es más terco que de costumbre, más intenso en sus actividades, más perspicaz en su andar. Al hablar de fútbol con él no puede hacer más que pensar en extrañas conflagraciones para arreglar partidos, y observa confabulaciones en cada esquina. Ha perdido la capacidad de reconocer sus errores, y ahora espera que la gente siempre este a su disposición sin importar la hora ni las diligencias de cada uno.
We'll allways have Paris
domingo, 13 de enero de 2008
Espacios
sábado, 12 de enero de 2008
Tu
viernes, 11 de enero de 2008
miércoles, 9 de enero de 2008
日本語のポスト
もう、3年ぐらい勉強していました。大変だったけど日本へ勉強しに行きたいですからがんばります。寝むいから、今度つつけません。。。でも、日本人と話したい、このちさいポストを書きたかった、コロンビアの中に誰と話す人があいませんから。
domingo, 6 de enero de 2008
Zapatos
Aunque suene descabellado y poco serio, es mi pequeña y secreta costumbre observar los zapatos de los desconocidos cuando me siento en la última silla del autobús (porque no me logro acomodar en otro lugar). Después de tanto observar como yo, es evidente lo concluyente que puede resultar el experimento. Sólo los hombres mayores de 40 años utilizan zapatos de cuero con suela de madera. Cuando me encuentro con personas así, es evidente que se trata de un sujeto a quién le han enseñado el valor de los zapatos que hechos a mano por un talabartero tienen. Generalmente llevan pantalón de paño y un saco formal. Peinado corto y el típico semblante de un fuerte trabajador de empresa. Típico padre en sus casi 50 años que no pueden salir a la calle con ropa informal.
Hay que tener un ojo más clínico para juzgar el calzado deportivo. Cuando se trata de marcas importadas hay varios tipos: por un lado los que utilizan Nike air y se la pasan en sudadera y camiseta de algún equipo del extranjero, fanáticos del deporte, o simplemente personajes sin trascendencia y dinero para darse el lujo, o sujetos con zapatos más estilizados y ropa de marca que viven bien gracias al sudor de sus padres. El hombre común y el estudiante universitario poco popular utiliza zapatos de marca nacional. Cierto es que la marca puede decirte el estrato social, y la forma de peinarse confirma las sospechas, pero del cabello hablaré en otra ocasión. No hay que olvidar los tenis blancos de las enfermeras, y las zapatillas de cuero de las ancianas. Entre más brillo tienen los zapatos gracias al betún, más edad tienen los portadores. La pulcridad y la formalidad son características típicas de las generaciones más antiguas, y los zapatos no se escapan a esa situación.
Las mujeres son diferentes. Para combinar con el vestido de trabajo, las secretarias y trabajadoras de oficinas y bancos siempre tienen un uniforme de color que combina con sus zapatos de tacón. Las doctoras suelen llevar en cambio zapatos deportivos cómodos. Gente alternativa llevan diseños distintos, y las mujeres más jóvenes con algún sentido de diseño llevan zapatillas de valet. Yo utilizo Converse tooodo el tiempo, y supongo que es parte de mi identidad: Converse y mochila. También hay estilos especiales para Metaleros, Emos, y Raperos, y son las que hacen parte del estereotipo de cada corriente. Las mujeres que utilizan tenis casi siempre utilizan jeans, un buso y el cabello sin demasiada preparación, y las mujeres que utilizan botas de gamuza suelen saber arrastrar las miradas de los transeuntes. Zapatos de trabajo desvencijados caracterizan al obrero, apaches diáfanos al celador, bota brillante al militar.
Estas conclusiones son inevitables para alguien a quien le gusta explorar el interior de los comportamientos sociales y busca sin descanso una mente similar. Ahora que releo mi comentario me da algo de pena lo trivial y científico que suena todo el asunto, y tal vez la verdad sea que no tengo para donde mirar desde donde me siento en el autobús. Sea como sea debía escribirlo y esperar levantar alguna risa o ademán por descubrir el agua tibia. Comentario sin trascendencia, para variar.
sábado, 5 de enero de 2008
Modelo
Al principio no le dí trascendencia a su presencia. Entré a un restaurante y estaba sentada en una de las primeras mesas a la izquierda de la entrada del lugar. Desde que había llegado a Pereira, el sol se había apoderado de las tardes y el clima era el ideal para un sujeto acostumbrado al frío de la capital como yo. Era la hora del almuerzo y el lugar estaba abarrotado de gente, por lo que tuve que esperar un tiempo para obtener un lugar. Al observar la gente que comía no pude evitar fijarme en una mesa donde una mujer con una blusa violeta se sentaba de espaldas a mí. Hay algo en el violeta que siempre llama mi atención cuando está sobre una mujer, pero también pude percibir que su cabello era diferente al típico cabello de la mujer pereirana. Parecía fuera de lugar, en otro contexto, de otra región, y me recordaba las mujeres rockeras que sólo se ven en la capital, y el tipo de persona alternativa que me llama la atención. Estaba con su familia, y yo con la mía, y me senté en a dos mesas de distancia de ella. Le pude observar el rostro, y era un rostro que confirmaba mis primeras impresiones. Utilizaba lentes, pero los blandía con gracia, con delicadeza y actitud. No sé como describirlo, pero nuestras miradas eran cómplices. En otra situación, en un bar, en un lugar más íntimo seguramente me habría acercado a hablarle, pero en pleno restaurante popular y con nuestros padres en la escena la situación era para olvidarla. Sin embargo cruzamos miradas. No, no las cruzamos, pero sabíamos que el uno miraba al otro mientras se centraba la atención en la mesa. No podría descifrar su edad, tal vez era bastante más joven que yo, pero poseía ese porte que solo una mujer completamente madura puede tener. Era una combinación ideal, la mujer ideal, belleza e inteligencia en una sola alma. Al terminar el almuerzo salí con paciencia de último del local, sólo con la intención de recordarla con detalles en mis recuerdos. Ahora tengo un molde, ahora tengo una idea, ahora creo que sé cómo quiero que sea. La silueta toma forma y es una simple instantánea de un momento extraño y sin trascendencia.
The Police
Nada como la versión original del clásico Roxanne
Every Breath You Take
Y claro, el pegajoso Do Do Do, Da Da Da
Paso del Tiempo
He pensado mucho en mi futuro en estos días. Me he dado cuenta tarde de que mi corazón no soportaría un oficio como el que estudio, aunque soy bastante bueno en él. La creatividad queda sin explotar, y los gritos internos son fuertes. Siempre músico de corazón, baterista, saxofonista, y ahora vocalista, parece imposible descifrar con conocerme un poco el camino académico que seguí. Ahora busco tomar algunas materias de Diseño para sentirme mejor con estas nuevas conclusiones, probablemente hasta aplique para hacer un doble programa. La vida de free lancer es dura, pero libre e independiente, más como mi forma de ser. De todas formas, aparentemente sólo los estudiantes de diseño tienen como costumbre visitar el museo de arte moderno que me fascina, y he pensado que tal vez así encuentre gente con gusto afines a los míos, aunque es mejor que mantenga bajas las esperanzas.